El censo agrario de 2020 continúa la tendencia de menos explotaciones agrarias, pero más grandes
El censo agrario de 2020 muestra un descenso de las pequeñas explotaciones agrarias y un aumento de la agricultura intensiva. Los datos confirman algo que, según María Jesús Villamide, profesora de producción agraria en la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica, Alimentaria y de Biosistemas (ETSIAAB) de la Universidad Politécnica de Madrid, se trata de un “fenómeno que se viene dando de antes y que es preocupante”.
La experta incide en que esto refleja los intentos de “tratar de ser sostenible económicamente, pero no tanto socialmente”, y celebra que la normativa busque que las explotaciones sean medioambientalmente sostenibles.
Aumenta el número de hectáreas utilizadas, pero disminuye el número de explotaciones
En 2020 el número de hectáreas destinadas para la agricultura se situó en casi 24 millones. Un ligero aumento respecto a la cifra del censo agrario de 2009, pero inferior a las 26,3 millones de hectáreas que se registraron en 1999.
Sin embargo el número de explotaciones agrarias se ha reducido casi a la mitad. Este fenómeno, explica Villamide, es una tendencia que se lleva dando varios años, y en la que el número de explotaciones disminuye mientras aumenta el tamaño promedio. Esta tendencia se puede observar también con los datos del INE, que muestran que la superficie media por explotación es de 26,37 hectáreas, un aumento de más del 7% en la última década.
Según explica la experta, esto se debe a que “las explotaciones pequeñas dependen de hacerse más grandes y poder competir para poder subsistir” debido a que el margen de beneficio por producto es muy bajo. Por lo tanto, “o se hacen grandes o desaparecen”, incide.
“Nos dirigimos hacia una ‘uberización’ de la actividad agraria”, señala José Luis Miguel de Diego, director técnico de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (Coag). El experto destaca que la tendencia es hacia una producción en manos de unas pocas grandes compañías que acaparan recursos. Si no cambia, “se seguirán reduciendo las pequeñas explotaciones locales y sostenibles, y acabarán en manos de grandes explotaciones intensivas”, justifica.
Cambios en el uso del suelo y las explotaciones agrarias
A pesar de que la superficie agrícola utilizada es similar a la de 2009, el uso de la tierra ha variado en esta última década. Respecto a 2009, en proporción, los cultivos que más superficie han sumado son los invernaderos (42%), los frutales (24%) y el olivar (14%). Mientras que los pastos permanentes y los huertos son los que más se han reducido, perdiendo un 10% de la superficie utilizada.
Esto, según explica la profesora de la ETSIAAB, muestra el cambio hacia una agricultura más intensiva, un proceso que “se está dando y se va a dar en todos los lados”. Así, se está tendiendo a la reducción de los pastos permanentes y el uso de ese espacio para el cultivo de, por un lado, productos con un mayor margen de producción, como el olivo, y, por otro, invernaderos que permiten producir más alimentos en menos espacio.
Asimismo, José Luis Miguel destaca que los invernaderos, aparte de tener unas ventajas importantes para mantener condiciones climáticas específicas, son una opción más sostenible que los cultivos en abierto, porque se aprovechan mejor los recursos.
Sigue aumentando la producción de ganado en España
En 2020, en España había casi 270 millones de cabezas de ganado, 18 millones más que las censadas en 2009. Al igual que lo que sucede con la agricultura, el número de explotaciones ganaderas se ha reducido. “Los márgenes son cada vez menores, las instalaciones más caras. Y los ganaderos tienen que producir más para ganar lo mismo ”, enumera el técnico de Coag para explicar las razones de esta “intensificación de la ganadería”.
En proporción, el tipo de ganado que más ha aumentado desde 2009 es el porcino, que ha crecido un 22%, pasando de 25 a 30 millones de cabezas. Este aumento no es puntual, sino que Villamide explica que se lleva produciendo “desde la entrada de España a la Comunidad Económica Europea”, aunque con mayor intensidad en los años 80 y 90.
Según explica la experta, el aumento de la producción de porcino en España se debe a que, debido a las restricciones medioambientales en las explotaciones agrarias, las multinacionales están trasladando a nuestro país la producción que tenían en otros países, ya que “España es un país perfecto para la producción de porcino”. De esta forma, España se ha convertido en uno de los principales países productores de porcino, suministrando a otros países, tanto a nivel europeo como mundial.
Uno de los factores que están influyendo en la intensificación de la ganadería es la integración, según José Luis Miguel, donde “el ganadero pone las instalaciones y naves para el ganado y se encarga de los purines, y la integradora es una empresa que engorda el ganado y cobra por cada cabeza”. Este método de integración supone “un impulso enorme para el sector, pero genera un modelo de economía de escala donde el ganadero está ligado a producir más”, expone.
Por otro lado, el aumento del censo bovino y el descenso del ovino se debe, en opinión de la experta, a que para potenciar el primero debe dejarse de dar el segundo, porque ambos tienen ecosistemas similares. En el caso de la crianza de conejos, se ha reducido porque “este tipo de carne tiene problemas de mercado, es una carne minoritaria”, apunta el experto del Coag.
Qué es el censo agrario
El INE realiza el censo agrario cada diez años con el objetivo de evaluar la situación de la agricultura española. Este censo sirve para formular y aplicar políticas agrarias, especialmente de la Política Agraria Común (PAC), así como para tener un directorio de las explotaciones agrícolas en España.
Desde 2009 no se recogían datos actualizados sobre la estructura de las explotaciones agrícolas. El nuevo censo comprende datos de explotaciones agrarias entre el 1 de octubre de 2019 y el 30 de septiembre de 2020 y ofrece cifras sobre las explotaciones agrícolas en España. También integra una encuesta con otros aspectos como la mano de obra empleada, actividades de desarrollo rural, regímenes de tenencia o agricultura ecológica.
Herramienta clave para actualizar la PAC y la financiación de las explotaciones agrarias
A escala europea, el censo agrario es una herramienta para analizar las características de las explotaciones agrarias y su evolución. Tal y como especifica el proyecto técnico, la UE utiliza los censos para elaborar y adaptar la PAC (una política agrícola común europea que ayuda a los agricultores y garantiza la seguridad alimentaria de Europa), a la que dedican buena parte del fondo comunitario. Es por eso que la Unión Europea promueve la realización de estadísticas agrarias en todos los países miembros.
El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (Mapa) colabora estrechamente con el INE para recopilar la información. En el ámbito territorial de la Comunidad Autónoma del País Vasco se ha firmado un convenio de colaboración con el Instituto Vasco de Estadística (Eustat) para la realización conjunta de la operación.
La información para elaborar el censo se ha recopilado mediante las solicitudes de ayuda de la PAC y del Registro de Explotaciones Ganaderas (REGA) en el año 2020. Para agricultores y ganaderos que no solicitan ayudas, la información se ha recogido a través de encuestas.
Fuentes
María Jesús Villamide, profesora de producción agraria en la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica, Alimentaria y de Biosistemas (ETSIAAB) de la Universidad Politécnica de Madrid
José Luis Miguel, director técnico de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (Coag)