Las ejecuciones por pena de muerte aumentaron un 20% en 2021
Tras cinco años consecutivos cayendo, las ejecuciones por pena de muerte aumentaron un 20% en 2021, coincidiendo con las relajaciones de las restricciones de la pandemia. Gran parte de las ejecuciones y condenas a muerte del año pasado tuvieron lugar en Irán, Egipto y Arabia Saudí, que fueron responsables del 80% del total de las penas ejecutadas. Estas son las principales conclusiones del último informe de Amnistía Internacional (AI).
Amnistía Internacional registra la segunda cifra más baja de ejecuciones por pena de muerte desde 2010
Pese al “preocupante aumento”, el número total de ejecuciones registradas en el mundo en 2021 —sin incluir los miles de personas que se cree que fueron ejecutadas en China, y con información limitada o inexistente sobre varios países más como Corea del Norte o Vietnam— siguió figurando entre los mínimos históricos y constituyó la segunda cifra más baja de la que Amnistía Internacional tiene constancia desde, al menos, 2010.
Por segundo año consecutivo, el número de países que se sabe que llevaron a cabo ejecuciones (18) fue el más bajo desde que la organización comenzó a llevar registros. Según plasma el informe, “es una minoría aislada de países la que sigue optando por el recurso a las ejecuciones”.
En 2021, se llevaron a cabo 579 ejecuciones por pena de muerte, frente a las 483 del 2020. La organización relaciona este aumento con la relajación de las restricciones para controlar la propagación del coronavirus impuestas un año antes, que influyeron en la reducción de la aplicación de la pena capital en 2020, ya que la pandemia retrasó los procesos judiciales. De hecho, el número total de ejecuciones de las que se tuvo noticia hace dos años fue una de las cifras anuales más bajas registradas por AI desde que empezó a recopilar datos en 1979.
Irán registra la cifra más alta desde 2017
El aumento del número de ejecuciones se debe principalmente al incremento de la cifra anual de Irán, que pasó de al menos 246 en 2020 a un mínimo de 314 en 2021: un incremento del 28%. Se trata de la cifra más alta de la que se tiene constancia desde 2017.
El repunte en Irán se observó sobre todo en las ejecuciones de personas declaradas culpables de delitos relacionados con drogas (132), que representaron el 42% del total y quintuplicaron con creces la cifra de 2020 (23), a pesar de las enmiendas introducidas en la ley antinarcóticos que entró en vigor en noviembre de 2017.
Arabia Saudí también duplicó con creces su total registrado de 2020 (de 27 a 65). El informe también destaca a Egipto, que siguió imponiendo numerosas penas de muerte —en algunos casos sobre la base de declaraciones obtenidas mediante tortura— y aplicándola a través de ejecuciones masivas. La tendencia parece continuar en 2022, según advierten desde la ONG. Solo en un día en Arabia Saudí fueron ejecutadas 81 personas el pasado mes de marzo.
Además, de las 579 personas que se sabe que fueron ejecutadas en 2021, 24 eran mujeres (4%), según el desglose siguiente: Irán (14), Egipto (8), Arabia Saudí (1) y EEUU (1). Tras un paréntesis de varios años, tres países reanudaron las ejecuciones: Bielorrusia y Japón llevaron a cabo sus primeras ejecuciones desde 2019 y Emiratos Árabes Unidos la primera desde 2017. En EEUU, los estados de Misisipi y Oklahoma llevaron a cabo ejecuciones por primera vez desde 2012 y 2015, respectivamente.
Novedades positivas y avances en la abolición de la pena de muerte en el mundo
A pesar de estos retrocesos, las cifras del año pasado demostraron que la tendencia global seguía siendo a favor de la abolición de la pena capital. De hecho, al finalizar 2021, más de dos tercios de los países del mundo habían abolido la pena de muerte en su legislación o en la práctica.
Un hito importante en 2021 fue la aprobación por unanimidad, en julio, por el Parlamento de Sierra Leona de un proyecto de ley que supondrá la abolición total de la pena de muerte. El presidente de Kazajistán refrendó con su firma una disposición legal semejante en diciembre, y unos meses antes Virginia se convirtió en el estado número 23 —y el primer estado del sur— que abolía la pena de muerte en Estados Unidos. Armenia pasó a formar parte de un tratado internacional clave sobre la abolición de esta condena.
También se emprendieron iniciativas positivas en otros países. Proyectos de ley para abolir la pena de muerte avanzaron en los órganos legislativos de República Centroafricana y Ghana; el gobierno de Papúa Nueva Guinea emprendió una consulta nacional sobre la pena de muerte que ha acabado aboliéndola en enero de este año; y al terminar el año el gobierno de Malasia anunció que propondría reformas legislativas sobre el castigo capital en el tercer trimestre de 2022. La amenaza de reintroducción de la pena de muerte en Filipinas disminuyó, al anunciar tres de sus antiguos promotores en el Senado que se opondrían a cualquier iniciativa en ese sentido, según consta en el informe de AI.
El gobierno de EEUU estableció en julio una moratoria temporal de las ejecuciones federales. La Federación Rusa, Gambia, Kazajistán, Malasia y Tayikistán siguieron aplicando moratorias oficiales de las ejecuciones. El rey de Tailandia concedió indultos en dos ocasiones distintas, lo que redujo de forma considerable el número de personas condenadas a muerte en el país.
Las condenas a muerte también aumentan en 2021
A medida que se puso fin a las restricciones de la COVID-19, los jueces dictaron al menos 2.052 sentencias a muerte en 56 países, un aumento cercano al 40% respecto a 2020. Amnistía Internacional observó grandes repuntes en países como Bangladesh, India y Pakistán.
“En lugar de aprovechar las oportunidades surgidas a raíz de las interrupciones de 2020, un reducido número de Estados demostró un entusiasmo preocupante al optar por la pena de muerte en lugar de por soluciones efectivas frente a la delincuencia, mostrando un cruel desprecio por el derecho a la vida a pesar de las urgentes y continuas crisis mundiales de derechos humanos”, afirmó Agnès Callamard, la secretaria general de Amnistía Internacional.
Entre las personas condenadas a muerte en 2021 había 10 mujeres: Indonesia (3), Malasia (3), Bangladesh (1), Guyana (1), Pakistán (1) y República Democrática del Congo (1). Sin embargo, Amnistía Internacional no pudo obtener un desglose exacto por género para varios países, incluidos aquellos que se cree que recurren ampliamente a la pena de muerte, como Irán y Arabia Saudí, por lo que es probable que esta cifra sea más alta.
Además, al final de 2021 se tenía constancia de al menos 28.670 personas condenadas a muerte. Nueve países eran responsables del 82% del total conocido: Irak, Pakistán, Nigeria, EEUU, Bangladesh, Malasia, Vietnam, Argelia y Sri Lanka.